Gestión de nóminas y compensaciones: Asegurarse de que los empleados reciban sus salarios y beneficios a tiempo, así como gestionar bonificaciones, incentivos y otros sistemas de compensación.
Capacitación y desarrollo: Identificar necesidades de formación y organizar programas de desarrollo profesional para mejorar las habilidades y competencias del personal.
Relaciones laborales: Mantener un ambiente de trabajo saludable y productivo, gestionando conflictos laborales, promoviendo una buena comunicación entre empleados y gerentes, y facilitando negociaciones con sindicatos si es necesario.
Gestión del desempeño: Implementar y supervisar sistemas de evaluación del desempeño para asegurar que los empleados alcancen sus objetivos y mantener un seguimiento de su progreso y áreas de mejora.
Bienestar y clima laboral: Promover iniciativas que mejoren la satisfacción y el bienestar de los empleados, como programas de salud, eventos de integración, y acciones que favorezcan un ambiente laboral positivo.
Cumplimiento de normativas: Asegurar que la empresa cumpla con todas las leyes laborales y normativas vigentes, desde derechos de los trabajadores hasta requisitos de seguridad y salud en el trabajo.
Gestión de despidos y renuncias: Supervisar los procesos de salida de empleados, ya sea por despido o renuncia voluntaria, asegurando un proceso respetuoso y legalmente correcto.
Políticas y procedimientos: Diseñar e implementar políticas internas, manuales y procedimientos relacionados con la gestión del personal, como el código de conducta, normas de trabajo y políticas de igualdad.
Retención del talento: Desarrollar estrategias para mantener a los empleados clave en la empresa y reducir la rotación de personal, identificando factores que influyan en la satisfacción laboral.